No puede precisarse con rigor histórico el año en que salió a las calles donostiarras la primera Tamborrada. Atribuyen algunos su origen al redoble que sobre las herradas producían las chicas de servicio y sus acompañantes - menestrales y soldados - mientras aguardaban chanda ante una de las tres fuentes que hacia 1836 surtían de agua a San Sebastián. Más cierto parece que sea la Tamborrada una de las comparsas del Carnaval Donostiarra.

Hubo varias anteriormente. Así, en 1817, la Mascarada de ciegos valencianos y la Comparsa de jardineros y al año siguiente la Comparsa de Caldereros y la Tamborrada, esta última posiblemente en 1836, en plena Guerra Carlista. A partir de entonces toma cuerpo de tradición el festejar el santo patrono, recorriendo de madrugada las calles al son de una marcha zortzico del maestro Santesteban, ejecutada en los primeros años exclusivamente con barriles, a los que, más tarde, se añaden sonoros tambores.

Los participantes, que al principio iban disfrazados con caprichosos trajes, más tarde se uniformaron. Salían cada año, a las tres y media de la madrugada, del local de la Sociedad "La Fraternal", situado en la subida al Castillo, redoblando el "Sheshenarena", pues hasta 1860 no escribió Sarriegui la Marcha de San Sebastián. Incansables, recorrían las calles hasta las ocho en punto, deteniéndose a esta hora en la esquina de las calles Iñigo y Narrica, donde esperaban la aparición de la sokamuturra.

Con la Tamborrada comenzaba un ciclo de fiestas que daba fin el martes de carnaval, con el Entierro de la Sardina. A la Sociedad "La Fraternal" sucedió la "Unión Artesana". A las cinco de la mañana y encabezada por tres heraldos a caballo, empezaba el desfile, uniformados los tamborreros de milicianos de 1800 y redoblando parches y barriles al son de las marchas interpretadas por una banda de música que cerraba el cortejo. Después vino la de Euskal-Billera y, más tarde, se fueron multiplicando las tamborradas por los barrios donostiarras.

La fiesta comienza el día 20 de Enero a las 00:00 horas con la izada de la bandera a cargo de la tamborrada de Gaztelubide, en el antiguo Ayuntamiento, hoy Biblioteca Municipal ubicada en la Plaza Constitución.
En efecto, serán 60 las tamborradas que, representadas por uno de sus miembros participarán junto con Gaztelubide en el comienzo de nuestro "día grande".

Durante 24 horas la ciudad es una fiesta de tambores y barriles, en todos los barrios se puede escuchar los himnos de Sarriegui. A las 24:00 horas la tamborrada Unión Artesana es la encargada de arriar la bandera y dar por finalizada la fiesta.

Entre ambas, la alegría y buen humor se desborda por la ciudad, que festeja a su patrono. La fiesta ha ido creciendo y un dato evidente nos lo da el incremento de tamborradas de mayores que participan en la misma: en 1957 diez tamborradas, en 1967 aumentó hasta 54 y para el 2002 anuncian su salida nada menos que 85 tamborradas, que saldrán en 7 barrios de la ciudad.

Desfilan por todos los barrios de la ciudad, no hay un solo lugar ni momento del día que no se oiga una tamborrada redoblando sus tambores y barriles. Años atrás todas la tamborradas eran masculinas, hoy en día aunque muchas siguen siendo estrictamente masculinas debido a los estatutos de sus Sociedades, también las hay mixtas y femeninas. Durante el día se otorgan los Tambores de Oro, Medallas al Mérito Ciudadano y los premios concernientes al Concurso Internacional de Fuegos Artificiales (celebrado durante la Semana Grande del año anterior).

LA TAMBORRADA INFANTIL

El 20 de enero de 1927, festividad de San Sebastián, desfiló por las calles donostiarras, por vez primera, la Tamborrada Infantil.Fue el impulsor del proyecto y de su realización Mauricio Echániz, presidente entonces de la Sociedad Euskal-Billera. A las once de la mañana de aquel día la Tamborrada Infantil de Euskal-Billera se dirigió a la Plaza de la Constitución a través de las calles Puyuelo, Narrica e Iñigo.
Mauricio Echániz con los cargos de la 1ª Tamborrada Infantil
Ya en la Plaza, los niños interpretaron las marchas clásicas de la Tamborrada, al son de tambores y barriles. Presidían las autoridades el acto, asomadas a los balcones de la Casa Consistorial. El concierto se repitió minutos más tarde en el quiosco del Boulevard.
Con éxito creciente y ante la satisfacción de los donostiarras siguió desfilando en años sucesivos la Tamborrada de Euskal-Billera. Tras el obligado paréntesis de la Guerra Civil, 1936-1939, se reanudan los desfiles con igual brillantez, llegando hasta el año 1961, en que se opera una radical transformación.
Años más tarde se amplía la primitiva tamborrada infantil y se forman nuevas compañías. Año tras año va aumentando el número de compañías participantes y la gran mayoría de centros escolares de San Sebastián tienen su batallón propio.
La formación de las compañías se hace en el parque de Alderdi Eder a las 12.00 Horas.
Allí son revisadas por el General y su Ayudante. Luego suben éstos, con la Bella Easo y sus damas, al balcón central del Ayuntamiento para saludar al Alcalde, quien les habla, desde allí, a los niños. El Tambor Mayor se elige de manera correlativa entre todos los colegios, y el General, Ayudantes y Bella Easo, Damas de Honor seeligen por sorteo entretodos los colegios que todavía no han tenido representación.

Fuente: CAT